¿Cómo sorprender a los malditos, a los cínicos espectadores que ya lo han visto todo?
Espejo de la vida y quizá de la literatura, fascinante y revulsivo a la vez, el circo se mueve en los bordes. ¿Es arte o entretenimiento? ¿Qué deseo esencial anida en el corazón del espectador mientras contempla al trapecista, al domador que introduce su cabeza en la boca del león, al mago que serrucha la caja donde yace la bella señorita?
Reales e imaginarios, posibles y quiméricos, el circo y sus fenómenos aparecen aquí en las versiones más insólitas e inesperadas. En el circo dudoso, una mujer amamanta a un tigre pequeño, o lo sueña. El circo fantasma aparece sin aviso y es transparente. En el circo pobre, cada artista cumple varias funciones: el mago puede ser también trapecio, elefante, aro de fuego. Hay una gitana que no adivina el futuro: su bola de cristal sólo ve imágenes irrelevantes y banales. A unos hermanos siameses, unidos por la espalda, los separan sus habilidades. ¿Y usted, parecer sugerir la lectura, qué sería capaz de hacer por un aplauso?
Fenómenos de circo es un libro de cuentos brevísimos. Maestra indiscutida del género, Ana María Shua recurre a su genial inventiva y a la gracia incomparable de su escritura para crear estos inquietantes mundos mínimos, habitados por seres de una ambigüedad más que humana.
http://www.anamariashua.com.ar/fenomeno_de_circo.html
Espejo de la vida y quizá de la literatura, fascinante y revulsivo a la vez, el circo se mueve en los bordes. ¿Es arte o entretenimiento? ¿Qué deseo esencial anida en el corazón del espectador mientras contempla al trapecista, al domador que introduce su cabeza en la boca del león, al mago que serrucha la caja donde yace la bella señorita?
Reales e imaginarios, posibles y quiméricos, el circo y sus fenómenos aparecen aquí en las versiones más insólitas e inesperadas. En el circo dudoso, una mujer amamanta a un tigre pequeño, o lo sueña. El circo fantasma aparece sin aviso y es transparente. En el circo pobre, cada artista cumple varias funciones: el mago puede ser también trapecio, elefante, aro de fuego. Hay una gitana que no adivina el futuro: su bola de cristal sólo ve imágenes irrelevantes y banales. A unos hermanos siameses, unidos por la espalda, los separan sus habilidades. ¿Y usted, parecer sugerir la lectura, qué sería capaz de hacer por un aplauso?
Fenómenos de circo es un libro de cuentos brevísimos. Maestra indiscutida del género, Ana María Shua recurre a su genial inventiva y a la gracia incomparable de su escritura para crear estos inquietantes mundos mínimos, habitados por seres de una ambigüedad más que humana.
http://www.anamariashua.com.ar/fenomeno_de_circo.html
El deseo secreto
En el fondo del corazón de cada niño, de cada madre, de todo espectador, anida el deseo secreto de ver caer al trapecista, de verlo destrozarse los huesos contra el suelo, derramada su sangre oscura sobre la arena, el deseo esencial de ver a los leones disputándose los restos del domador, el deseo de que el caballo arrastre a la ecuyere con el pie enganchado en el estribo, golpeando la cabeza rítmicamente contra el límite de la pista y para ellos hemos inaugurado este circo, el mejor, el absoluto, el circo donde falla la base de las pirámides humanas, el tirador de cuchillos clava los puñales (por error, siempre por error) en los pechos de su partenaire, el oso destroza con su zarpa la cara del gitano y por eso, como las peores expectativas se cumplen y sólo se desea lo que no se tiene, los anhelos de los espectadores viran hacia las buenas intenciones: asqueados de calamidades y fracasos empiezan a desear que el trapecista tienda los brazos a tiempo, que el domador consiga controlar a los leones, que la ecuyere logre izarse otra vez hacia la montura, y en lugar de rebosar muerte y horrores, el lugar más secreto de su corazón se llena de horrorizada bondad, de ansias de felicidad ajena, y así se van de nuestro espectáculo felices consigo mismos, orgullosos de su calidad humana, sintiéndose mejores, gente decente, personas sensibles y bien intencionadas, público generoso del más perfecto de los circos. (Pág. 11)
En el fondo del corazón de cada niño, de cada madre, de todo espectador, anida el deseo secreto de ver caer al trapecista, de verlo destrozarse los huesos contra el suelo, derramada su sangre oscura sobre la arena, el deseo esencial de ver a los leones disputándose los restos del domador, el deseo de que el caballo arrastre a la ecuyere con el pie enganchado en el estribo, golpeando la cabeza rítmicamente contra el límite de la pista y para ellos hemos inaugurado este circo, el mejor, el absoluto, el circo donde falla la base de las pirámides humanas, el tirador de cuchillos clava los puñales (por error, siempre por error) en los pechos de su partenaire, el oso destroza con su zarpa la cara del gitano y por eso, como las peores expectativas se cumplen y sólo se desea lo que no se tiene, los anhelos de los espectadores viran hacia las buenas intenciones: asqueados de calamidades y fracasos empiezan a desear que el trapecista tienda los brazos a tiempo, que el domador consiga controlar a los leones, que la ecuyere logre izarse otra vez hacia la montura, y en lugar de rebosar muerte y horrores, el lugar más secreto de su corazón se llena de horrorizada bondad, de ansias de felicidad ajena, y así se van de nuestro espectáculo felices consigo mismos, orgullosos de su calidad humana, sintiéndose mejores, gente decente, personas sensibles y bien intencionadas, público generoso del más perfecto de los circos. (Pág. 11)
TODO ES CIRCO
Dudoso circo
Usted cree estar en un circo, pero tiene dudas, busca pruebas. La osa tiene la cara de su madre, la palabra acróbata, sin dejar de ser puro sonido, está hecha de letras rojas y se puede comer. Usted, que sin embargo no es una mujer, está amamantando a un tigre pequeño que sin embargo no es un bebé. Usted hace lo posible por despertarse con el sonido de la orquesta, pero la música le resulta hipnótica, asfixiante. Con las manos agarrotadas por el sueño usted logra apartar la almohada de la nariz y ahora respira mejor. Nada de eso prueba que usted no esté realmente en un circo. Para estar seguro tendrá que despertarse, mirar a su alrededor, asegurarse de que no ha desembocado en otro sueño. Y sin embargo. (Pág. 15)
Usted cree estar en un circo, pero tiene dudas, busca pruebas. La osa tiene la cara de su madre, la palabra acróbata, sin dejar de ser puro sonido, está hecha de letras rojas y se puede comer. Usted, que sin embargo no es una mujer, está amamantando a un tigre pequeño que sin embargo no es un bebé. Usted hace lo posible por despertarse con el sonido de la orquesta, pero la música le resulta hipnótica, asfixiante. Con las manos agarrotadas por el sueño usted logra apartar la almohada de la nariz y ahora respira mejor. Nada de eso prueba que usted no esté realmente en un circo. Para estar seguro tendrá que despertarse, mirar a su alrededor, asegurarse de que no ha desembocado en otro sueño. Y sin embargo. (Pág. 15)
El circo fantasma
Aparece de pronto, sin aviso. Dice la hija del carpintero que nunca le han pedido aserrín o viruta para el piso, como los circos comunes. Cuando se materializa, ya todo está listo para comenzar el espectáculo. No se ve a los cirqueros montar la carpa ni sacar a los animales de sus jaulas.
Los carromatos ya están vacíos, los artistas ya esperan su turno para entrar en la arena. Hasta el público es transparente, excepto usted, por supuesto. Hasta los payasos llevan cadenas. Los niños le temen al circo fantasma, a los adultos les da pena. (Pág. 16)
Aparece de pronto, sin aviso. Dice la hija del carpintero que nunca le han pedido aserrín o viruta para el piso, como los circos comunes. Cuando se materializa, ya todo está listo para comenzar el espectáculo. No se ve a los cirqueros montar la carpa ni sacar a los animales de sus jaulas.
Los carromatos ya están vacíos, los artistas ya esperan su turno para entrar en la arena. Hasta el público es transparente, excepto usted, por supuesto. Hasta los payasos llevan cadenas. Los niños le temen al circo fantasma, a los adultos les da pena. (Pág. 16)
El circo de mis sueños
No hay payasos borrachos ni ecuyeres, no está el domador ni los sumisos tigres, no hay gitano con oso bailarín, no hay tirador de cuchillos con partenaire puro coraje, no hay acróbatas, ni trapecistas, ni vendedores de golosinas, ni malabaristas, no están los enanos, no hay carpa, ni banderines, ni delicados elefantes, ni mago de veloces dedos.
Pero estamos vos y yo. Y nos aplauden. (Pág. 17)
Para Silvio
No hay payasos borrachos ni ecuyeres, no está el domador ni los sumisos tigres, no hay gitano con oso bailarín, no hay tirador de cuchillos con partenaire puro coraje, no hay acróbatas, ni trapecistas, ni vendedores de golosinas, ni malabaristas, no están los enanos, no hay carpa, ni banderines, ni delicados elefantes, ni mago de veloces dedos.
Pero estamos vos y yo. Y nos aplauden. (Pág. 17)
Circo pobre
En un circo pobre cada artista tiene que cumplir varias funciones. Si nos fijamos bien, sin dejarnos engañar por el cambio de traje y maquillaje, veremos que muchos tratan de aprovechar sus habilidades en varias suertes. Por ejemplo, la equilibrista es la ecuyere, los acróbatas son contorsionistas, el director del circo es el boletero y también el mago (ante el público, ante los acreedores). Algunos son más difíciles de descubrir, porque eligen papeles muy distintos entre sí, como la trapecista que hace de mono amaestrado (o al revés), los elefantes que trabajan de acomodadores, los payasos convertidos en aro de fuego. Pero la prueba más difícil es la del domador, que es también el tigre, cuando tiene que meter la cabeza adentro de su propia boca. (Pág. 18)
En un circo pobre cada artista tiene que cumplir varias funciones. Si nos fijamos bien, sin dejarnos engañar por el cambio de traje y maquillaje, veremos que muchos tratan de aprovechar sus habilidades en varias suertes. Por ejemplo, la equilibrista es la ecuyere, los acróbatas son contorsionistas, el director del circo es el boletero y también el mago (ante el público, ante los acreedores). Algunos son más difíciles de descubrir, porque eligen papeles muy distintos entre sí, como la trapecista que hace de mono amaestrado (o al revés), los elefantes que trabajan de acomodadores, los payasos convertidos en aro de fuego. Pero la prueba más difícil es la del domador, que es también el tigre, cuando tiene que meter la cabeza adentro de su propia boca. (Pág. 18)
Circo pobrísimo
En argentina, el Circo Papelito recorre todavía los pueblos de provincia, pintoresco y modesto. Su primera carpa estaba hecha con bolsas de arpillera y los espectadores tenían que llevar sus propias sillas.
Pero hubo un circo más pobre todavía. Además de llevar sus propias sillas, los espectadores tenían que sentarse, fingir que miraban la pista, imaginarla. (Pág. 19)
En argentina, el Circo Papelito recorre todavía los pueblos de provincia, pintoresco y modesto. Su primera carpa estaba hecha con bolsas de arpillera y los espectadores tenían que llevar sus propias sillas.
Pero hubo un circo más pobre todavía. Además de llevar sus propias sillas, los espectadores tenían que sentarse, fingir que miraban la pista, imaginarla. (Pág. 19)
Evolución del circo
Los antiguos romanos aceptaban como un lícito disfrute ver a los leones atacando, matando y devorando seres humanos. En las corridas de toros el animal tiene menos posibilidades, aunque se le da la oportunidad de defenderse y en ocasiones se le perdona la vida. En los circos de mi infancia, los animales amaestrados hacían lo que les mandaba el domador: era un espectáculo de obediencia pura, una cualidad que los seres humanos suelen confundir con inteligencia, como si no fuera la rebeldía la más obvia señal del pensamiento propio. Pero en el circo actual ya no hay animales, no se considera correcta ni edificante nuestra presencia, se habla de los castigos y torturas con los que nos enseñan a hacer nuestras suertes. Como los hombres sin brazos y las mujeres barbudas, los animales amaestrados hemos caído en desgracia, de que sirve, por ejemplo, esta osa con habilidades literarias en un mundo en el que tan pocos leen. Tengo la esperanza de que pronto nos de comer gente otra vez. (Pág. 20)
Los antiguos romanos aceptaban como un lícito disfrute ver a los leones atacando, matando y devorando seres humanos. En las corridas de toros el animal tiene menos posibilidades, aunque se le da la oportunidad de defenderse y en ocasiones se le perdona la vida. En los circos de mi infancia, los animales amaestrados hacían lo que les mandaba el domador: era un espectáculo de obediencia pura, una cualidad que los seres humanos suelen confundir con inteligencia, como si no fuera la rebeldía la más obvia señal del pensamiento propio. Pero en el circo actual ya no hay animales, no se considera correcta ni edificante nuestra presencia, se habla de los castigos y torturas con los que nos enseñan a hacer nuestras suertes. Como los hombres sin brazos y las mujeres barbudas, los animales amaestrados hemos caído en desgracia, de que sirve, por ejemplo, esta osa con habilidades literarias en un mundo en el que tan pocos leen. Tengo la esperanza de que pronto nos de comer gente otra vez. (Pág. 20)
Crítica y elogio de la medianía
Ni siquiera en un mundo poblado por enanos y gigantes, serían dignas de ser exhibidas las personas de estatura mediana. Ni siquiera.
Ser digno de exhibición, por otra parte, ¿es proeza, ventaja o beneficio? ¿Es maravilla? (Pág. 21)
Ni siquiera en un mundo poblado por enanos y gigantes, serían dignas de ser exhibidas las personas de estatura mediana. Ni siquiera.
Ser digno de exhibición, por otra parte, ¿es proeza, ventaja o beneficio? ¿Es maravilla? (Pág. 21)
Enanismo
Como bien lo saben los empresarios circenses, el tamaño no es un destino sino una elección. Cualquier persona adulta puede convertirse en un enano siguiendo una serie de instrucciones sencillas que exigen, eso sí, una alta concentración. Por ejemplo, este minúsculo hombrecillo que ven ustedes aquí fue hasta hace dos meses un robusto mocetón de un metro ochenta y dos centímetros de altura y noventa y un kilo de peso. Por ejemplo, este microrrelato que está usted leyendo, fue hasta ayer mismo una novela de seiscientas veintiocho páginas. (Pág. 22)
Como bien lo saben los empresarios circenses, el tamaño no es un destino sino una elección. Cualquier persona adulta puede convertirse en un enano siguiendo una serie de instrucciones sencillas que exigen, eso sí, una alta concentración. Por ejemplo, este minúsculo hombrecillo que ven ustedes aquí fue hasta hace dos meses un robusto mocetón de un metro ochenta y dos centímetros de altura y noventa y un kilo de peso. Por ejemplo, este microrrelato que está usted leyendo, fue hasta ayer mismo una novela de seiscientas veintiocho páginas. (Pág. 22)
Este circo
Nos enseñan a hablar, a caminar, a sonreír. Nos enseñan a lavarnos los dientes, a comer con cubiertos, y a resolver las cuatro operaciones. Nos enseñan a vestirnos y a usar fórmulas de cortesía. Nos obligan a saltar, a correr, a bailar, a jugar a la pelota. Cada uno de nosotros tiene sus habilidades y aptitudes propias. Nos aplauden o nos castigan, por lo general en forma arbitraria y cruel. Y sin embargo, vaya a saber por qué (pero sólo esa ilusión nos permite sobrevivir sobre la arena de la pista) todos creemos ser espectadores, nada sabemos del público que nos mira divertido. (Pág. 23)
Nos enseñan a hablar, a caminar, a sonreír. Nos enseñan a lavarnos los dientes, a comer con cubiertos, y a resolver las cuatro operaciones. Nos enseñan a vestirnos y a usar fórmulas de cortesía. Nos obligan a saltar, a correr, a bailar, a jugar a la pelota. Cada uno de nosotros tiene sus habilidades y aptitudes propias. Nos aplauden o nos castigan, por lo general en forma arbitraria y cruel. Y sin embargo, vaya a saber por qué (pero sólo esa ilusión nos permite sobrevivir sobre la arena de la pista) todos creemos ser espectadores, nada sabemos del público que nos mira divertido. (Pág. 23)
Identidad
La proliferación de espectáculos que se dan en nombre de circenses y son sin embargo muy distintos del circo clásico ha obligado a la pregunta por los límites. Si la destreza de acróbatas y trapecista está en función de un número operístico o teatral, y la emoción de la ficción supera a la emoción de lo real, ¿es esto un circo o no lo es?, me pregunto, mirándome al espejo. (Pág. 25)
La proliferación de espectáculos que se dan en nombre de circenses y son sin embargo muy distintos del circo clásico ha obligado a la pregunta por los límites. Si la destreza de acróbatas y trapecista está en función de un número operístico o teatral, y la emoción de la ficción supera a la emoción de lo real, ¿es esto un circo o no lo es?, me pregunto, mirándome al espejo. (Pág. 25)
Introducción al circo
Arrojo al aire un sustantivo redondo. Antes de que caiga, con un disparo único, certero, logro que un adjetivo lo perfore por el centro mismo. Hago malabarismos con los verbos, camino por la cuerda floja de una sintaxis riesgosa. En medio de contorsiones extremas, azoto con mi látigo las palabras hasta obligarlas a saltar por los aros de fuego de un sentido inesperado. Entonces, en toda su variedad y esplendor, con lujosa minucia de oropeles, surge el circo. El público es usted, el espectáculo es unipersonal, por favor, elogie las fieras y no les cuente nada a los que están esperando afuera. (Pág. 26)
Arrojo al aire un sustantivo redondo. Antes de que caiga, con un disparo único, certero, logro que un adjetivo lo perfore por el centro mismo. Hago malabarismos con los verbos, camino por la cuerda floja de una sintaxis riesgosa. En medio de contorsiones extremas, azoto con mi látigo las palabras hasta obligarlas a saltar por los aros de fuego de un sentido inesperado. Entonces, en toda su variedad y esplendor, con lujosa minucia de oropeles, surge el circo. El público es usted, el espectáculo es unipersonal, por favor, elogie las fieras y no les cuente nada a los que están esperando afuera. (Pág. 26)
Medidas relativas
Por suerte creció hasta llegar a la estatura de un enano. (Pág. 27)
Por suerte creció hasta llegar a la estatura de un enano. (Pág. 27)
Prometeo de circo
¿Arte o entretenimiento? Si el buitre escarba hondamente con su pico en el hígado de Prometeo, ¿es arte o entretenimiento?
Es arte si es sangre verdadera el líquido que tiñe el pico del pájaro, si es sangre la que brota a borbotones y se derrama por el costado del cuerpo, si es sangre la que colorea de rojo las rocas a las que está maniatado el hombre. Pero si es una mezcla de glicerina con ketchup, es sólo entrenimiento, puro circo. Por supuesto, hay quien opina precisamente lo contrario.
Entretanto, como a esta distancia no es posible comprobarlo, habrá que limitarse a disfrutar del espectáculo. Hay funciones todos los días. (Pág. 34)
¿Arte o entretenimiento? Si el buitre escarba hondamente con su pico en el hígado de Prometeo, ¿es arte o entretenimiento?
Es arte si es sangre verdadera el líquido que tiñe el pico del pájaro, si es sangre la que brota a borbotones y se derrama por el costado del cuerpo, si es sangre la que colorea de rojo las rocas a las que está maniatado el hombre. Pero si es una mezcla de glicerina con ketchup, es sólo entrenimiento, puro circo. Por supuesto, hay quien opina precisamente lo contrario.
Entretanto, como a esta distancia no es posible comprobarlo, habrá que limitarse a disfrutar del espectáculo. Hay funciones todos los días. (Pág. 34)
¿Quién fue?
¿Quién ha reemplazado el sistema hidráulico que impulsa al hombre-bala por verdadera pólvora? ¿Quién ha mezclado ese veneno que penetra a través de la piel en el maquillaje del payaso? ¿Quién ha limado los trapecios, quién ha cortado y vuelto a pegar la cuerda floja, quién ha desmontado el mecanismo de los cables de seguridad? Es inútil buscar al asesino, le informa al dueño del circo y al lector el atribulado detective, muy incómodo de tener que trabajar en un cuento fantástico: el género policial al que está tan habituado tampoco es realista, pero tiene reglas más precisas. (Pág. 35)
¿Quién ha reemplazado el sistema hidráulico que impulsa al hombre-bala por verdadera pólvora? ¿Quién ha mezclado ese veneno que penetra a través de la piel en el maquillaje del payaso? ¿Quién ha limado los trapecios, quién ha cortado y vuelto a pegar la cuerda floja, quién ha desmontado el mecanismo de los cables de seguridad? Es inútil buscar al asesino, le informa al dueño del circo y al lector el atribulado detective, muy incómodo de tener que trabajar en un cuento fantástico: el género policial al que está tan habituado tampoco es realista, pero tiene reglas más precisas. (Pág. 35)
Artistas del trapecio
No tengas miedo, volará, heredó nuestros genes, dice el artista del trapecio. Y desde el punto más alto lanza a su hija, un bebe todavía, por el aire, hacia los brazos de la madre aterrada e infiel. No debería temer: por las artes de su verdadero padre, el mago, la niña realmente vuela. O les hace creer que vuela. (Pág. 41)
No tengas miedo, volará, heredó nuestros genes, dice el artista del trapecio. Y desde el punto más alto lanza a su hija, un bebe todavía, por el aire, hacia los brazos de la madre aterrada e infiel. No debería temer: por las artes de su verdadero padre, el mago, la niña realmente vuela. O les hace creer que vuela. (Pág. 41)
Ágiles y portores
En todo número de acrobacia hay ágiles y portores. Los portores se llaman también bases, los ágiles se llaman también volteadores. Lo portores sostienen y sujetan, los ágiles dan volteretas. Los portores ejercen fuerza de propulsión, los ágiles emprenden fases aéreas. Los portores son las bases de las pirámides, los ágiles realizan en lo alto figuras de equilibrio. En la recepción, el portor captura, el ágil es capturado. En este momento, yo soy el portor, usted es el ágil. Este es el único circo en el que se nos permite intercambiar papeles. (Pág. 42)
En todo número de acrobacia hay ágiles y portores. Los portores se llaman también bases, los ágiles se llaman también volteadores. Lo portores sostienen y sujetan, los ágiles dan volteretas. Los portores ejercen fuerza de propulsión, los ágiles emprenden fases aéreas. Los portores son las bases de las pirámides, los ágiles realizan en lo alto figuras de equilibrio. En la recepción, el portor captura, el ágil es capturado. En este momento, yo soy el portor, usted es el ágil. Este es el único circo en el que se nos permite intercambiar papeles. (Pág. 42)
Belerofonte y Quimera
Una vez en cada función, en ocasiones dos veces por día, Belerofonte, montado en Pegaso, mata a Quimera.
Belerofonte es atractivo y usa prendas que dejan al descubierto sus músculos de héroe griego. La parte trasera del cuerpo de Quimera es de serpiente, el torso y las patas delanteras son de león, su incongruente cabeza de cabra despide llamas.
Belerofonte coloca un trozo de plomo en la punta de su lanza. Las llamas que despide la boca de Quimera derriten el plomo, que se cuela líquido por su garganta y la mata.
La lucha, por supuesto, es fingida. Exiliados de su lugar y su tiempo, Belerofonte y Quimera tienen muchos recuerdos en común. Una y otra vez, la bestia finge morir ante los aplausos del público tonto, que tampoco cree que Pegaso sea capaz de volar, a pesar de verlo con sus propios ojos. (Pág. 45)
Una vez en cada función, en ocasiones dos veces por día, Belerofonte, montado en Pegaso, mata a Quimera.
Belerofonte es atractivo y usa prendas que dejan al descubierto sus músculos de héroe griego. La parte trasera del cuerpo de Quimera es de serpiente, el torso y las patas delanteras son de león, su incongruente cabeza de cabra despide llamas.
Belerofonte coloca un trozo de plomo en la punta de su lanza. Las llamas que despide la boca de Quimera derriten el plomo, que se cuela líquido por su garganta y la mata.
La lucha, por supuesto, es fingida. Exiliados de su lugar y su tiempo, Belerofonte y Quimera tienen muchos recuerdos en común. Una y otra vez, la bestia finge morir ante los aplausos del público tonto, que tampoco cree que Pegaso sea capaz de volar, a pesar de verlo con sus propios ojos. (Pág. 45)
Como un funambulista y su pértiga
—Como el funambulista y su pértiga, ¿qué somos el uno si el otro?
—Somos el riesgo, el vértigo, la velocidad, el estallido. Somos más y mejor que este precario equilibrio. (Pág. 47)
—Como el funambulista y su pértiga, ¿qué somos el uno si el otro?
—Somos el riesgo, el vértigo, la velocidad, el estallido. Somos más y mejor que este precario equilibrio. (Pág. 47)
El trapecista original
Con los años, el trapecista no puede ignorar que se repite, que se plagia a sí mismo. Como a todo artista, esta certeza le duele. En busca de la originalidad se lanza por el aire sin red, sin cable de seguridad, y finalmente sin trapecio. Pero qué es un trapecista sin trapecio sino un montón informe, sanguinolento, sobre el aserrín del circo y aun así, qué pena, nada original. (Pág. 52)
Con los años, el trapecista no puede ignorar que se repite, que se plagia a sí mismo. Como a todo artista, esta certeza le duele. En busca de la originalidad se lanza por el aire sin red, sin cable de seguridad, y finalmente sin trapecio. Pero qué es un trapecista sin trapecio sino un montón informe, sanguinolento, sobre el aserrín del circo y aun así, qué pena, nada original. (Pág. 52)
Equilibrista nato
A pesar de su evidente aptitud, el hijo del equilibrista se resiste al oficio que pretende imponerle su padre. En la gran ciudad, seducido por una muchacha del público, el adolescente huye con una familia de abogados.
Muchos años después, exitoso y agradecido, visita el circo para reconciliarse con su padre y para compartir con su familia la fortuna que ha logrado reunir haciendo equilibrio en el filo de la ley. (Pág. 53)
A pesar de su evidente aptitud, el hijo del equilibrista se resiste al oficio que pretende imponerle su padre. En la gran ciudad, seducido por una muchacha del público, el adolescente huye con una familia de abogados.
Muchos años después, exitoso y agradecido, visita el circo para reconciliarse con su padre y para compartir con su familia la fortuna que ha logrado reunir haciendo equilibrio en el filo de la ley. (Pág. 53)
El Gran Garabaña
La magia tiene límites. Ni el más audaz de los magos se atreve a prometer que podrá cumplir un deseo cualquiera, incluso un deseo sencillo, de sus espectadores. Pero el Gran Garabaña promete, con gran desplegué de artificio, lo contrario. Con su magia puede lograr que tus deseos no se cumplan jamás. Su fama internacional seguirá creciendo mientras nade se atreva aponerlo a prueba. (Pág. 56)
La magia tiene límites. Ni el más audaz de los magos se atreve a prometer que podrá cumplir un deseo cualquiera, incluso un deseo sencillo, de sus espectadores. Pero el Gran Garabaña promete, con gran desplegué de artificio, lo contrario. Con su magia puede lograr que tus deseos no se cumplan jamás. Su fama internacional seguirá creciendo mientras nade se atreva aponerlo a prueba. (Pág. 56)
La gitana
No adivina el futuro. Lo ve, realmente lo ve, en forma de imágenes comparables a hologramas, en su bola de cristal. Son siempre retazos fútiles de la vida de sus clientes, pedazos de futuro irrelevantes pero muy claros, muy definidos. Los ve lavándose las manos en el baño de un café, tomando sol en una playa irreconocible, rascándose un pie, echando pimienta en un plato de sopa. La experiencia le ha enseñado a obtener ciertos datos útiles a partir de esas imágenes banales. Si los ve muy envejecidos, es que tendrán una larga vida. Ciertos detalles en la ropa o en la actividad que están realizando le permite pronosticarles buena fortuna. Pero sabe que también puede equivocarse mucho. Por ejemplo, una vez vio a su propio marido manejando un automóvil de lujo poco antes de ser contratado como encargado de una playa de estacionamiento. Da lo mismo: a sus clientes, de todos modos, les miente. (pág. 61)
No adivina el futuro. Lo ve, realmente lo ve, en forma de imágenes comparables a hologramas, en su bola de cristal. Son siempre retazos fútiles de la vida de sus clientes, pedazos de futuro irrelevantes pero muy claros, muy definidos. Los ve lavándose las manos en el baño de un café, tomando sol en una playa irreconocible, rascándose un pie, echando pimienta en un plato de sopa. La experiencia le ha enseñado a obtener ciertos datos útiles a partir de esas imágenes banales. Si los ve muy envejecidos, es que tendrán una larga vida. Ciertos detalles en la ropa o en la actividad que están realizando le permite pronosticarles buena fortuna. Pero sabe que también puede equivocarse mucho. Por ejemplo, una vez vio a su propio marido manejando un automóvil de lujo poco antes de ser contratado como encargado de una playa de estacionamiento. Da lo mismo: a sus clientes, de todos modos, les miente. (pág. 61)
Ana María Shua
Páginas de EspumaAna María Shua nació en Buenos Aires en 1951. Sus cuatro libros de minificciones, género en el que ha obtenido amplio reconocimiento en el mundo de habla hispana, son La sueñera, Casa de geishas, Botánica del caos y Temporada de fantasmas (Páginas de Espuma, 2004), incluidos todos ellos en Cazadores de letras (Páginas de Espuma, 2009), además de Fenómenos de circo (Páginas de Espuma, 2011). También ha escrito varios libros de cuentos, reunidos en el volumen Que tengas una vida interesante, y antologados en Contra tiempo (Páginas de Espuma, 2013). En 1980 ganó con su novela Soy paciente el premio de la editorial Losada. Sus otras novelas son Los amores de Laurita, El libro de los recuerdos (Beca Guggenheim), La muerte como efecto secundario (Premio Club de los Trece y Premio Municipal de Novela) y El peso de la tentación. También es autora de poesía, de literatura infantil, con la que ha obtenido premios nacionales e internacionales, entre ellos el del Banco del Libro en Venezuela y el White Raven, en Alemania. Sus libros han sido publicados en Brasil, España, Italia, Francia, Alemania, Corea y Estados Unidos.
Ana María Shua, Fenómenos de circo
Primera edición: septiembre de 2011
© Ana María Shua, 2011
© Editorial Páginas de Espuma, S. L., 2011
ÍNDICE
Primera edición: septiembre de 2011
© Ana María Shua, 2011
© Editorial Páginas de Espuma, S. L., 2011
ÍNDICE
El deseo secreto ..... 11
TODO ES CIRCO ..... 13
Dudoso circo ..... 15
El circo fantasma ..... 16
El circo de mis sueños ..... 17
Circo pobre ..... 18
Circo pobrísimo ..... 19
Evolución del circo ..... 20
Crítica y elogio de la medianía ..... 21
Enanismo ..... 22
Este circo ..... 23
Fallas del razonamiento lógico ..... 24
Identidad ..... 25
Introducción al circo ..... 26
Medidas relativas ..... 27
Mirando el circo ..... 28
Música de circo ..... 29
Otra fantasía circense ..... 30
Para qué ..... 31
El payaso Pepino ..... 32
Perseo y la cabeza de Medusa ..... 33
Prometeo de circo ..... 34
¿Quién fue? ..... 35
Quizás ..... 36
LOS OFICIOS ..... 37
Sorprender ..... 39
Inmortal ..... 40
Artistas del trapecio ..... 41
Ágiles y portores ..... 42
Ángel en la pista ..... 43
Los acróbatas ..... 44
Belerofonte y Quimera ..... 45
Circo mínimo ..... 46
Como el funambulista y su pértiga ..... 47
Coney Island Sideshow Circus ..... 48
La danza de las arañas ..... 49
Desventura de los tragasables ..... 50
El disfraz ..... 51
El trapecista original ..... 52
Equilibrista nato ..... 53
Focas de circo ..... 54
Gloria de la poesía volante ..... 55
El Gran Garabaña ..... 56
Como un Hércules ..... 57
Icarios y antipodistas ..... 58
Ilusionistas y brujos ..... 59
Interrogaciones ..... 60
La gitana ..... 61
La mujer que vuela ..... 62
Lord Mystery ..... 63
Los autómatas ..... 64
Magia ..... 65
Mago con serrucho ..... 66
Mago sin libreto ..... 67
Malabares en las islas Tonga ..... 68
La muchacha del circo ...... 69
Muchas versiones ..... 70
Nada por aquí ..... 71
Nos pasa a todos ..... 72
Nudo gordiano ..... 73
La orquesta del circo ..... 74
La demostración ..... 75
Palomas, mago ..... 76
Payaso perfecto ..... 77
Payaso shakespeariano ..... 78
Pirámide humana ..... 79
La poeta ecuyere ..... 80
Problemas con los elefantes ..... 81
¿Quién es la víctima? ..... 82
El tirador ..... 83
El tragador de culebras ..... 84
Tragafuegos ..... 85
Tragar veneno ..... 86
Ventrílocuo y muñeco ..... 87
Ventajas femeninas ..... 88
LOS FREAKS ..... 89
Los freaks ..... 91
Diane Arbus ..... 92
Ausencias ..... 93
Barnum y cía. ..... 94
Las dos mitades ..... 95
El que tiene el Poder ..... 96
El elefante-hombre ..... 97
Los embajadores de Marte ..... 98
La pequeña Lucía Zárate ..... 99
El Esqueleto Humano ..... 100
Fenómenos y números ..... 101
El hombre-árbol de Java ..... 102
La Mujer Cara de Mula ..... 103
Sacrifi cios por amor ..... 104
Tú y Yo, hermanos siameses ..... 105
El teñido de la Flor Azteca ..... 106
Todo es relativo ..... 107
Tres piernas ..... 108
Un fenómeno de circo ..... 109
Demasiado ..... 110
Monstruos de feria ..... 111
LOS ANIMALES ..... 113
Blacamán y Koringa ..... 115
El caballo falso ..... 116
Derechos animales ..... 117
Desnudo ..... 118
El dragón ..... 119
El ligre ..... 120
El tamaño importa ..... 121
La gran atracción ..... 122
El lavonio ..... 123
Leones y domador ..... 124
Leones y payasos ..... 125
El mifps ..... 126
Un ejemplo ..... 127
Perro de tres cabezas ..... 128
Los tiburones languidecen ..... 129
HISTORIA DEL CIRCO ..... 131
Yo soy ..... 133
Naumaquias y pantomimas ..... 134
Informe sobre el circo mongol ..... 136
Teoría de los Cien Ejércitos ..... 137
Strongmen ..... 138
Papel de arroz ..... 139
Ostras ..... 140
Munición ..... 141
Houdini, el escapista ..... 142
Ilusiones y malabares ..... 143
El primer tragafuegos ..... 144
Abejas ..... 145
Toro Sentado ..... 146
El acróbata de los azotes ..... 147
Buffalo Bill ..... 148
Fantasías hípicas ....... 149
La fi erecilla indomable ..... 150
Gétulos y paquidermos I ..... 151
Gétulos y paquidermos II ..... 152
Historia imaginaria ..... 153
Houdini y Conan Doyle ..... 154
Historia Augusta ..... 155
Robert Houdin y la caja de acero ..... 156
Los pilagá ..... 157
Sarrasani cruzando el mar ..... 158
Teatros de variedades ..... 159
Troupes etnológicas ..... 160
Una mujer barbuda ..... 161
Antiguo juego circense ..... 163
Fiesta aniversario ..... 164
DATOS FEHACIENTES Y COMPROBABLES ACERCA DE
ALGUNAS PERSONAS REALES Y/O FAMOSAS MENCIONADAS
EN ESTE LIBRO ..... 165
Fuentes consultadas:
http://paginasdeespuma.com/autores/ana-maria-shua/
http://paginasdeespuma.com/catalogo/fenomenos-de-circo/
http://www.barcelonareview.com/76/s_ams.html
http://www.revistaclarin.com/79/ana-maria-shua/
http://jyanes.blogspot.com.ar/2011/11/los-mas-leves-del-circo-ana-maria-shua.html
http://www.eternacadencia.com.ar/blog/ficcion/item/fenomenos-de-circo.html
http://www.escueladeescritores.com/archivos/fenomenosdecirco.pdf
http://triunfo-arciniegas.blogspot.com.ar/2011/06/ana-maria-shua-fenomenos-de-circo.html
http://revistabrevilla.blogspot.com.ar/search/label/Ana%20Mar%C3%ADa%20Shua
http://paginasdeespuma.com/autores/ana-maria-shua/
http://paginasdeespuma.com/catalogo/fenomenos-de-circo/
http://www.barcelonareview.com/76/s_ams.html
http://www.revistaclarin.com/79/ana-maria-shua/
http://jyanes.blogspot.com.ar/2011/11/los-mas-leves-del-circo-ana-maria-shua.html
http://www.eternacadencia.com.ar/blog/ficcion/item/fenomenos-de-circo.html
http://www.escueladeescritores.com/archivos/fenomenosdecirco.pdf
http://triunfo-arciniegas.blogspot.com.ar/2011/06/ana-maria-shua-fenomenos-de-circo.html
http://revistabrevilla.blogspot.com.ar/search/label/Ana%20Mar%C3%ADa%20Shua